Cómo ahorrar para comprar una vivienda

Ahorrar para comprar una casa

Ahorrar para comprar una casa es uno de los mayores retos financieros que una persona puede afrontar en su vida. Planificarse con tiempo y cabeza es una de las claves para superarlo con éxito.

Como bien sabes, actualmente ningún banco suele conceder una hipoteca que sufrague la totalidad del precio de la vivienda. Por lo tanto, el dinero necesario para hacer frente a la entrada y los gastos se convierte en un obstáculo que desanima a muchos compradores.

Sin embargo, no siempre es imposible reunirlo. En este artículo te damos algunos consejos para hacer realidad este importante paso en tu vida.


Pregúntate cuánto tienes que tener ahorrado

El dinero que un aspirante a comprador debe reunir depende de muchos factores. Se calcula que una persona debe tener el 30% del coste de una casa para poder adquirirla. Este 30% es la suma de lo siguiente:

  • Las entidades financieras no conceden préstamos hipotecarios del más del 80% del precio de la casa, por lo que un comprador debe tener el 20% antes de solicitar la hipoteca.
  • Los gastos (notarías, registro…) e impuestos (IVA, ITP…) que tendrás que abonar al comprar una casa ascienden, más o menos, al 10% del precio de la misma.

Sabiendo esto, sobra decir que el dato determinante para saber cuánto debes tener ahorrado es el precio de la vivienda que quieres comprar. El valor de las viviendas varía tremendamente según los municipios o los barrios que te interesen. En Madrid, sin ir más lejos, esa diferencia es abismal: de los 5.000 euros que cuesta el metro cuadrado del Barrio de Salamanca, a los 1.700 que cuesta en Villaverde.

Lo mismo puede decirse del tamaño y las características de la propiedad: número de dormitorios, metros cuadrados, piscina y equipamientos, garaje… A la hora de tomar una decisión es importante distinguir lo que necesitamos de lo que es accesorio, o un capricho.

Por tanto, la primera regla es evidente: asume objetivos realistas, que puedas cumplir, escogiendo viviendas adecuadas en municipios y barrios en los que puedas hacer realidad tu sueño de comprar.

Establece tu objetivo de ahorro

En numerosas ocasiones te hemos hablado de que, lo más útil para ahorrar, es establecer un objetivo de ahorro. En este caso, lo tienes bien fácil: si un comprador debe contar con el 30% del precio de su vivienda, tú tendrás que conseguir ahorrar el 30% del precio medio del tipo de vivienda que necesitas en el vecindario que te gusta.

La cantidad puede parecer elevada, incluso estratosférica. Pero tenerla muy presente es un primer paso para alcanzarla. Esto te va ayudar a modificar tu actitud. No se trata de empezar a ahorrar cada céntimo de la noche a la mañana, pero sí de tener la cabeza continuamente en las finanzas, en los gastos, en los ingresos y en las decisiones monetarias.

Pon orden en tus finanzas

Tan importante como saber cuánto dinero necesitas es saber de cuánto dinero dispones. Para ello, no sólo tienes que hacer un recuento de tus ingresos regulares y de tus fuentes de ingresos extraordinarias (la posible venta de un inmueble, un préstamo interpersonal, etc).

También es importante tener en cuenta tus deudas: cuota del coche, tarjeta de crédito, hipotecas anteriores, etcétera. A la hora de concederte una hipoteca, el banco no sólo calculará tus ingresos sino también el dinero que debes.

Tómate el ahorro para la vivienda como un gasto fijo

Una vez que has acostumbrado tu actitud al esfuerzo de ahorrar, la mejor forma de llevarlo a cabo es tomarlo como un gasto fijo. Si ya conoces tu objetivo de ahorro, podrás calcular fácilmente cuánto dinero tienes que apartar cada mes para conseguir la cantidad que necesitas en un plazo razonable. Pues bien: interpreta ese dinero como si fuera una cuota más, como la de un club o una plataforma de cine online.

Cuando aprendas a vivir con ese gasto, igual que vives pagando la tarifa mensual de Internet, te será más fácil apañarte con lo que te queda para gastar.

Utiliza métodos eficientes para facilitar el ahorro

Todo lo que facilite tu ahorro periódico debe ser bienvenido. En este esfuerzo, el componente psicológico es muy importante. Y el orden y la rutina ayudan mucho.

Por eso hay numerosos métodos de ahorro que ya te hemos explicado en otras ocasiones. Los hay con nombre propio, como el Harv Eker, el método Kakebo, el reto de las 52 semanas, el 50-30-20 Pero muchas veces basta con utilizar una buena plantilla o incluso una app en la que puedas ver tu progresión de un vistazo. Eso es lo que te motivará para seguir adelante.

Consume de forma inteligente para no derrochar el dinero

El consumo inteligente es aquel que persigue compras más económicas, que satisfagan necesidades reales y fomenten relaciones comerciales justas y sostenibles para el planeta. A la hora de consumir, el pensamiento crítico debe ser nuestra principal herramienta. Preguntarnos siempre por qué compramos lo que compramos y si podríamos gastar menos en comprar lo mismo es la norma principal.

Para ayudarnos a consumir con cabeza, lo más útil es elaborar un presupuesto. Con él, aprenderemos a gastar lo justo tanto en los artículos esenciales para familia como en ocio o compras superfluas.

Además, debes recordar siempre un tip que ya nos adelantaba Borjo en este vídeo: es importante convertir los gastos variables (una cena imprevista, unas cañas de afterwork, un capricho tecnológico) en gastos fijos. Es decir, dedicar una partida mensual a gastos variables que no podrá ser sobrepasada.

Si ya tienes dinero ahorrado, inviértelo

El dinero que no trabaja es dinero. Muchos productos financieros te pueden ayudar a que tu dinero produzca más dinero, con poco riesgo y poco esfuerzo. Por supuesto, no serán los más rentables, pero cualquier beneficio supera al de dejar tus ahorros estancados.

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