1. Hot Wallets (con conexión a internet)
Los hot wallets son billeteras digitales que funcionan conectadas a internet. Algunos ejemplos incluyen aplicaciones móviles, programas de escritorio y wallets basados en la web. Cuando quieres consultar tus fondos o hacer uso de ellos, tan solo tienes que conectarte, como si fueran una app bancaria.
Ventajas:
-Son fáciles de usar y accesibles desde cualquier lugar con conexión a internet.
-Ideales para transacciones rápidas y frecuentes.
Desventajas:
-Son más vulnerables a ataques cibernéticos, como hackeos o phishing.
-Dependen de la seguridad del dispositivo o plataforma donde están instalados.
2. Cold Wallets (sin conexión a internet)
Los cold wallets son aquellos que no están conectados a internet, lo que los hace mucho más seguros frente a amenazas digitales. Algunos ejemplos son los dispositivos físicos (hardware wallets). Funciona como una caja fuerte digital: lo conectas a tu ordenador o móvil para acceder a tus fondos, pero tus claves nunca se exponen a internet, lo que lo hace muy seguro.
Cuando necesitas enviar criptomonedas, introduces la dirección en una aplicación, y el hardware wallet te pedirá que confirmes la transacción pulsando un botón en su pantalla. Una vez desconectado, tus fondos permanecen protegidos porque solo tú tienes acceso al dispositivo y al PIN que configuraste.
Hay otros formatos, como alojar el archivo del wallet o la frase de recuperación en un pendrive. O algo tan sencillo como tener las claves impresas o apuntadas en papel (paper wallets).
Ventajas:
-Ofrecen la máxima seguridad frente a hackeos.
-Ideales para guardar grandes cantidades de criptomonedas a largo plazo.
Desventajas:
-Menos accesibles para transacciones frecuentes: para usar los fondos, tendrás que volcarlas a un wallet digital.
-Si se deteriora o pierdes el dispositivo o el papel y no tienes respaldo, los fondos se pierden para siempre.
3. Custodial vs. Non-Custodial Wallets
-Custodial wallets. En este caso, confías en una empresa, habitualmente llamada exchange (como Binance, Coinbase o Kraken) para almacenar y gestionar tus claves privadas. Es más cómodo para principiantes, pero implica ceder el control de tus fondos.
Puede sonar un poco extraño dejar tus fondos digitales en manos de otros, pero es lo mismo contrato fiduciario que se firma con entidades financieras tradicionales: confías en la entidad que gestiona tu wallet para que almacene y proteja tus claves privadas, del mismo modo que confías en un banco para que guarde tu dinero y no lo use indebidamente.
-Non-custodial wallets. Tú eres el único propietario de tus claves privadas, lo que te da total autonomía y control sobre tus criptomonedas.