Blockchain: tres casos de uso, más allá del bitcoin

Las nuevas tecnologías. A todos se nos llena un poco la boca hablando de sus maravillas y oportunidades. Y hay que reconocer que, a veces, ni si quiera las comprendemos bien. El caso del blockchain es paradigmático. Nos dicen que es algo llamado a revolucionar nuestras vidas, y que está detrás de ideas tan disruptivas como el bitcoin. Pero mucha gente no ve más allá. Dicen los expertos que no se debe confiar en una nueva tendencia hasta que no empiezan a aparecer ejemplos que demuestran para qué sirve. Es lo que se llama casos de uso o casos de éxito. Hoy vamos a detenernos a analizar algunos casos de uso del blockchain, distintos de las criptodivisas, para comprender su verdadero futuro. 

¿Qué es el blockchain?

Pero antes, muy brevemente, recordemos qué es el blockchain. Técnicamente, podemos decir que es una tecnología para descentralizar sistemas. Lo explicamos. 

Tú eres cliente de un banco. Todos tus datos personales (nombre, dirección, DNI…) están asociados a un número de cuenta que incluye unos ahorros. Todos estos datos están centralizados, porque los guarda una entidad (el banco) en su servidor. El banco es el custodio que asegura que nadie altera ni se apropia de esos datos sin permiso. Por tanto, hay que confiar en el banco.

En un blockchain, sin embargo, los datos no están centralizados. No se encuentran en un servidor vigilados por un custodio único. Es como si el archivo de las cuentas de un banco estuviera en la casa de cada cliente y guardado por ellos mismos. 

Nodos, bloques y hash

¿Y qué pasa si cualquiera de ellos decide hacer cambios a su capricho? Por ejemplo, sumar un millón de euros a su cuenta. Un blockchain es imposible de modificar de esta manera sin el beneplácito de todos sus usuarios. Lo explicamos: 

En primer lugar, hay que comprender que, lo que consideramos un usuario, no es una persona, sino un ordenador o nodo. Cada dato está introducido mediante un ingenioso sistema de bloques enlazados por unos códigos llamados hash. Todos estos bloques forman una cadena, de forma que no se podría modificar uno sin alterar todos los demás. Es decir, los nodos se vigilan entre sí. Para que alguien pudiera sumarse un millón de euros a su cuenta, todos los nodos tendrían que certificar que esa operación es válida. 

De esta manera, esa labor de certificación y control que desempeñaba la entidad financiera deja de ser necesaria. 

El blockchain en el sector asegurador

El sector de los seguros es de los que más está invirtiendo en blockchain. Piensa que los fraudes le cuestan a las compañías alrededor de 80 mil millones de dólares cada año. La transparencia, fiabilidad y trazabilidad de los datos registrados en un blockchain, los hacen mucho menos susceptibles al fraude. Registrar digitalmente activos físicos se vuelve mucho más sencillo, lo que facilita las gestiones. 

En cuanto a los seguros de salud, la creación de un blockchain con los historiales sanitarios, a los que el paciente tiene acceso, agilizaría mucho el intercambio de datos médicos. 

Pero donde encontramos la aplicación más espectacular es en la automatización del contrato online. Nos referimos a los llamados smart contracts, pólizas que se activan automáticamente en caso de determinados eventos, por ejemplo, un huracán o el retraso de un vuelo. Si necesidad de intermediación, si la red de nodos detecta algún incidente que esté cubierto por el contrato, ordenará inmediatamente el pago de la indemnización al tomador del seguro. 

Blockchain en los procesos industriales

En los procesos más tangibles encontramos también casos de uso en que el blockchain demuestra mucho potencial. Las cadenas de suministro de las plantas industriales utilizan ya esta tecnología por varias razones. La primera es que mejora la trazabilidad de las piezas que se utilizan. La segunda es que, gracias a los smart contracts, se automatizan los complejos contratos entre proveedores para el suministro de la industria. 

Un fabricante que ya está beneficiándose de estas funcionalidades es SEAT. En 2018 se unió a Alastria, una red semipública, formada por más de 70 empresas con el objetivo de servir de campo de experimentación del blockchain. En su planta de Martorell, ha ido poniendo en práctica diversas aplicaciones de esta tecnología. 

Otro ejemplo de cómo puede utilizarse el blockchain en la industria, es su capacidad para garantizar el origen del hidrógeno. Como sabes, el hidrógeno se puede obtener de forma limpia (verde y azul) o a partir de la quema de combustibles fósiles. Esto puede determinar su uso y gravámenes. El blockchain puede etiquetar el hidrógeno ecológico durante su síntesis para que luego, en las plantas de destino, no se dé gato por liebre.   

La soberanía de la identidad digital

¿Para qué se almacenan nuestros datos personales en servidores de países que no conocemos? ¿Por qué es necesario copiarlos, multiplicarlos y difundirlos sin medida? ¿No existe siempre la sensación de que nuestra identidad está descontrolada, en manos de terceros? Y, sin embargo, para recibir ciertos servicios digitales imprescindibles, es necesario entregarlos. 

La Digital Sovereign ID, o soberanía de la identidad digital, trata de terminar con esto. Propone descentralizar el almacenamiento de datos personales con ayudas de tecnologías como el blockchain. De esta forma, nuestros datos estarían siempre en nuestra posesión, controlados por nosotros mismos, en unas aplicaciones llamadas wallets

Cuando una entidad solicita tus datos para ofrecerte algún servicio, ya no es necesario entregárselos para que los copie y almacene. Sólo hay que darle acceso eventual al wallet, que le facilitará únicamente la información que le interese. Por ejemplo, si una entidad necesita saber si estás en edad de jubilación, tu wallet sólo responderá sí o no. Sin revelar nada más. 

Esta aplicación tiene importantes padrinos: las administraciones públicas. En 2020, la UE lanzó EBSI, la European Blockchain Services Infraestructure, una red de administraciones públicas que busca diseñar una ID soberana europea. 

 

Existen otros muchos casos de uso del blockchain. Algunos, como los NFT, ya los hemos explicado en nuestro blog. Otros  son el resultado de aplicar las ventajas de descentralización, fiabilidad y trazabilidad que hemos mencionado. Desde garantizar la denominación de origen del vino hasta certificar la autenticidad de los certificados académicos, hablamos casos de uso que van más allá de las criptodivisas y que parecen demostrar que el blockchain está aquí para quedarse. 

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