Qué es la inflación y por qué debe estar bajo control
La inflación es un fenómeno económico que representa el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo. Es un indicador clave de la salud económica de un país y puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de las personas.
El cálculo de la inflación se realiza comparando los precios de una cesta de bienes y servicios representativa en dos momentos diferentes. Esta cesta suele incluir una variedad de productos, desde alimentos y vivienda hasta transporte y entretenimiento. De ella se extrae el IPC, o índice de precios al consumo. La tasa de inflación se expresa como un porcentaje anual y se utiliza para evaluar la evolución de los precios en la economía, permitiendo a los responsables de políticas económicas tomar decisiones informadas para mantener la estabilidad financiera.
La importancia de medir la inflación radica en que puede erosionar el poder adquisitivo del dinero.
Cuando la inflación sube de manera moderada, del orden del 2%, puede tener efectos positivos. Por ejemplo, estimular el gasto y la inversión, ya que las personas tienden a gastar más antes de que los precios aumenten aún más. Sin embargo, cuando la inflación se descontrola, puede ser perjudicial. Los ahorros pierden valor, los tipos de interés suben y la incertidumbre económica aumenta. Todo esto afecta negativamente a la inversión y el empleo.
Por otro lado, cuando la inflación baja demasiado o entra en deflación (una caída generalizada de los precios), puede desencadenar una disminución en el gasto, la producción y el empleo, lo que a su vez puede conducir a recesiones económicas. Por todo esto, mantener la inflación bajo control es crucial para preservar la estabilidad económica y el bienestar de una sociedad.