Fraudes financieros comunes y cómo estar alerta

Fraudes financieros

Desde hace un tiempo, Internet se ha convertido en la fuente de información más habitual de millones de consumidores. Esto tiene como ventaja la inmediatez y la riqueza de contenidos, pero también tiene sus inconvenientes. En el caso de los fraudes financieros, Internet ha facilitado su expansión y anonimato. Pero también hay formas de estar alerta y reducir las opciones de sufrir alguno de ellos.

¿Cuáles son, realmente los fraudes financieros más comunes, aquellos a los que más expuesto se encuentra el inversor y consumidor de a pie? En este post intentamos hacer inventario.

Fraudes financieros tradicionales

El arte del timo es tan viejo como la inversión. Algunos han dejado de practicarse, pero otros permanecen o se van adaptando a las nuevas situaciones.

Chiringuitos financieros. Cuando una persona quiere invertir, no puede hacerlo sin intermediación. La ley solo permite que las entidades autorizadas por la CNMV inviertan en su nombre, como intermediarias. Pero puede ser que en el momento de la decisión aparezcan intermediarios fraudulentos que prometen rentabilidades estratosféricas. Además, siempre tienen mucha, mucha prisa en cerrar el trato.

Estos intermediarios se conocen popularmente como chiringuitos financieros y, por mucho que dispongan de sofisticadas páginas web, redes sociales y una apariencia profesional, no están autorizados por la CNMV. Si caes en sus garras, pueden hacer que todo tu dinero se evapore. Consulta siempre el directorio de la CNMV para asegurarte de que estás confiando tus inversiones a un intermediario autorizado.

Timo piramidal o estafa Ponzi. Prometen fabulosos retornos a tu inversión y, además, cumplen lo que prometen. La trampa de estos fraudes financieros se encuentra en cómo lo consiguen: esos retornos no los genera tu dinero, sino que se extrae de las inversiones que aportan los nuevos inversores que deciden animarse atraídos por esas fantásticas rentabilidades de las que les habla gente como tú.

Pero un día dejan de entrar nuevos inversores y todo se derrumba. Es habitual perder todo lo invertido. Famosas estafas recientes, como la de Bernie Madoff, están basadas en este esquema piramidal, que sigue atrayendo incautos. Los expertos aconsejan sospechar si te ofrecen una rentabilidad segura, si te presionan para que reclutes a nuevos inversores o si te ofrecen un trabajo con la condición de que aportes previamente un capital.

Falsos créditos express. Algunos timadores se hacen pasar por entidades de créditos express. Las condiciones que ofrecen suelen ser mejores que otras entidades dedicadas al microcrédito pero (aquí está la trampa) solicitan un depósito previo en concepto de comisión de apertura, gastos de tramitación… lo que sea. Por supuesto, una vez se paga el depósito, el préstamo nunca se hace efectivo y no volvemos a saber nada de la entidad.

Ahorro informal. No es un fraude, pero sí un riesgo. Se denomina ahorro informal a reunir y guardar dinero fuera de una entidad bancaria, por ejemplo, debajo del colchón, como hacían nuestros abuelos. Si lo practicas, no sólo debes tener en cuenta que es un dinero que no estará produciendo nada, sino que además correrás más riesgos, al no tener garantías ni seguridad. Si, de alguna forma, ese dinero es robado o desaparece mediante una estafa, de nada te servirá reclamar.

Fraudes cibernéticos

Suplantación de la identidad. Con las nuevas tecnologías, un objetivo constante de los timadores es hacerse pasar por ti para entrar en tu cuenta bancaria, comprar con tu tarjeta de crédito, solicitar créditos en tu nombre… No es tan fácil como parece. Pero hay que prestar atención. Para conseguir suplantarte, los timadores necesitarán conseguir tus datos. Cómo obtenerlos obedece a distintas estrategias.

Trashing. Es quizá la menos sofisticada de todas ellas. Consiste en rebuscar en tu basura. Recibos del banco, facturas de la luz y el gas, cartas de la administración… Debes tener cuidado con lo que tiras, siempre puede contener información sensible con la que un timador podría componer el sudoku necesario para hacerse pasar por ti.

Physing. Para obtener datos que les ayuden a suplantar tu identidad, muchos timadores intentan, previamente, suplantar a su vez a alguna entidad en la que confíes (tu banco, aseguradora…). Puede ser a través de un mail o  un SMS en el que te solicitarán un montón de información (a veces, incluso, el pin de tu tarjeta de crédito). Desconfía siempre de los mensajes que direcciones raras o a través de canales que nunca habían usado o no les habías facilitado a las empresas de las que eres cliente.

Spam. Nos referimos al envío masivo de correos basura, con distintos objetivos. Uno de ellos puede ser estafarte solicitando una cantidad económica, por ejemplo. Al enviar millones de mails, existen posibilidades de que, al menos una persona caiga en la trampa, de ahí su efectividad.  Además, a través del spam puedes recibir virus que explorarán tus dispositivos en busca de datos, por ejemplo. Un buen filtro de correo antispam, además de tener el firewall y el antivirus activados y actualizados, son precauciones recomendables.

Pharming. El procedimiento es el mismo, pero en este caso el ataque se produce mientras navegas por Internet. De pronto, empiezan a abrirse ventanas de advertencia que pretenden conducirte a sitios web fraudulentos, donde intentarán que registres tus datos personales.

SIM swaping o clonación de tarjeta SIM. En los últimos años, si los timadores consiguen tus datos, intentarán lograr un segundo objetivo: clonar la tarjeta SIM de tu móvil. Esto es así porque el móvil se ha convertido en una herramienta fundamental de seguridad: la mayoría de las transacciones requieren de una doble verificación en forma de código que te es enviado en un sms a tu teléfono. De esta manera, los delincuentes se presentan en una sucursal de tu compañía telefónica, con tu DNI, tu número de teléfono y toda la información que hayan podido extraer de tus cuentas. Si consiguen engañar al empleado que los atiende y les entregan un duplicado de tu SIM, podrían ponerte en serios problemas.

El principal síntoma de que esto ha sucedido es que tu móvil empieza a fallar: no se conecta a la red porque tu SIM ha sido anulada en beneficio de la clónica. Si sospechas que esto está ocurriendo, ponte en contacto cuanto antes con tu compañía para confirmarlo antes de que los timadores empiecen a trabajar en tus cuentas bancarias.

Fraude en e-commerce. A medida que prolifera la venta online, es lógico que con ella prolifere el fraude. Envíos que nunca se hacen efectivos, a pesar de haber pagado, productos que en nada se parecen a lo que habías elegido, dispositivos electrónicos defectuosos… Intenta escoger siempre distribuidores de confianza, aquellos a los que puedas reclamar en caso de no quedar satisfecho y, si quieres cazar chollos, aprende a hacerlo con seguridad.

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