Finanzas Claras
Fondo de emergencia: Por qué tenerlo y cómo gestionarlo
Las desgracias ocurren. Que todavía no te hayas topado con alguna no quiere decir que seas inmune a ellas. Un baja prolongada, una avería en tu hogar, un accidente de tráfico, una proceso judicial… Las posibilidades son tantas que, bien pensado, lo raro es que las cosas salgan siempre bien.
Por eso es muy recomendable disponer de un fondo de emergencia para hacer frente a gastos imprevistos. Te contamos todo lo que debes saber para organizar el tuyo.
¿Cómo te puede ayudar un fondo de emergencia?
Una vez que llega el momento del gasto, tienes que hacerle frente por muy desprevenido que te haya pillado. Si no dispones de ese fondo de emergencia, que podría salvarte el pellejo, no te quedarán muchas opciones.
Lo primero que puedes hacer es pedir un préstamo o tapar agujeros con una tarjeta de crédito, pero para hacerlo, es importante que tengas en cuenta algunas consideraciones al respecto; por ejemplo el tipo de interés, o los plazos de amortización. Puedes encontrar más información sobre ello, en nuestro post sobre Cómo pedir un préstamo.
Otra opción es vender tus inversiones a largo plazo, si es que las tienes, como acciones, fondos, etc. El problema es que, para hacer esto, la precipitación y la urgencia es el peor enemigo.
Si te ves obligado a vender de repente, puedes no hallar las condiciones adecuadas en el mercado, lo que te llevará a malvender o incluso perder una parte de la inversión original. Lo mismo puede decirse de otros bienes (coches, casas) que, al no tener la liquidez necesaria para reaccionar a tiempo, pueden obligarte a hacer un mal trato.
Pero piensa además que el fondo de emergencia no sólo te libra de la obligación de endeudarte o de perjudicar tus inversiones. También te protege del estrés financiero que provoca caer en un problema económico que no te ves capaz de resolver. Es decir, que si no reúnes un fondo de emergencia por motivos económicos, al menos procura hacerlo por salud.
¿Cómo calculo el fondo de emergencia que necesito?
No todas las familias gastan lo mismo ni, por tanto, necesitan tener la misma cantidad de dinero “en el colchón” para asegurarse un periodo de tranquilidad.
El fondo de emergencia que debes atesorar estará relacionado con tus gastos fijos mensuales. Así que, como en casi todos los consejos que solemos darte en este blog, lo primero que debes hacer para calcular tu fondo es tomar papel y lápiz y hacer números.
¿Qué cifra suman todos tus gastos fijos mensuales?
Una vez tengas el resultado, realiza también una estimación mental de las amenazas a las que te enfrentas en el día a día.
Lo peor que puede pasarles a algunas personas es que se les estropee el frigorífico. Sin embargo, otras viven en zona de actividad sísmica peligrosa o se dedican a actividades peligrosas.
Ahora hazte la siguiente pregunta: considerando los riesgos que contemplas en tu vida cotidiana, y en caso de desgracia, ¿durante cuántos meses podrías necesitar que el fondo de emergencia cubriera tus gastos? Multiplicando ese período por el dinero que consumen tus gastos mensuales, obtienes el monto total que deberías reservar en tu fondo de emergencia.
¿Cómo lo ahorro?
Quizá encuentres esta parte un poco más difícil. Pero no tienes que agobiarte. Piensa que la paciencia es crucial en la tarea de ahorrar.
En primer lugar, dale prioridad al fondo de emergencia por encima de cualquier otra iniciativa de ahorro que tuvieras prevista. Empieza con una aportación tan alta como te puedas permitir, de esa forma partirás de una posición más avanzada.
Luego, destina una cantidad mensual que te permita llegar a la cifra final en un periodo de tiempo razonable. Una vez que la alcances, ya puedes dedicar cada aportación mensual a inversiones más arriesgadas.
¿Dónde lo guardo?
Un fondo de emergencia no está pensado para obtener grandes rentabilidades ni para quitarte el sueño.
El objetivo es mantenerlo seguro y, en segundo lugar, productivo.
Lo fundamental es la liquidez: debes asegurarte de que tu dinero sea recuperable mañana mismo, en caso de necesitarlo. Por ejemplo, puedes optar por fondos de inversión monetarios, que invierten en activos de renta fija a corto plazo (como Letras del Tesoro).
¿Cuándo debo utilizarlo?
No debemos confundir un fondo de emergencia con un plan de ahorro. En esto, hay que ser estrictos.
El fondo de emergencia, como su propio nombre indica, debe ser sólo para imprevistos urgentes, cuya resolución sea imprescindible para continuar con nuestras vidas. Es decir, si se estropea la caldera o nos ponen una multa elevada por una infracción seria, podemos recurrir al fondo de emergencia.
Sin embargo, si lo que necesitamos es pagar el campamento de verano de nuestro hijo, no deberíamos recurrir a él. Este gasto debería llevar un presupuesto y un plan de ahorro paralelo al del fondo de emergencia, para no agotarlo. Sólo así conseguiremos mantener un colchón lo suficientemente grueso como para amortiguar una caída en caso de que vengan mal dadas.
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