¿Cómo funciona un árbol líquido?
Los árboles líquidos Liquid-3 parecen propios de un escenario de ciencia ficción. Su aspecto es el de un contenedor luminoso de un vibrante color verde, colocado en las aceras de Belgrado. Sin embargo, detrás de esta estética intrigante, los recipientes encierran una función de vital importancia: servir como foto-biorreactores urbanos.
Cada árbol líquido consiste en un recipiente de 600 litros de microalgas suspendidas en agua. Se trata de organismos unicelulares de agua dulce, similares a las presentes en estanques y lagos serbios. Sólo que, mediante selección artificial, se han adaptado para crecer incluso en agua de grifo y sobrevivir a variaciones extremas de temperatura.
Estas microalgas aprovechan el dióxido de carbono presente en el aire mediante el proceso de fotosíntesis. Es decir, generan oxígeno, como cualquier superficie forestal o las cianobacterias del océano. Sorprendentemente, un solo recipiente equivaldría en función a un árbol maduro de 10 años o a un área de césped de aproximadamente 200 metros cuadrados.
Una ventaja de los árboles líquidos radica en que operan desde el primer día, sin necesidad a esperar a que crezca, como los árboles tradicionales. Su instalación es rápida y eficaz, y comienzan a purificar el aire urbano de manera inmediata.
Su uso se vuelve esencial en zonas altamente urbanizadas donde la falta de espacio impide la plantación de árboles convencionales. Podemos ver árboles químicos ubicados en superficies de hormigón, por ejemplo. No requieren un suelo adecuado para el crecimiento arbóreo. En esencia, este enfoque representa un avance ingenioso para abordar la limitación espacial y brindar soluciones ambientales efectivas en los entornos urbanos contemporáneos.