Finanzas Claras
En el futuro, las tarjetas de pago serán elegantes, éticas y biométricas
Una de las grandes preguntas que ronda al sector de los medios de pago es: ¿Son las tarjetas bancarias vulnerables y están algo anticuadas?
La proliferación de robos de datos en tarjetas de crédito y el incremento de operaciones de piratería pueden sugerir en cierto modo que sí. Pero esta afirmación solo es posible si no tenemos en cuenta el progreso de la biometría en los últimos años y su creciente aplicación a este pequeño rectángulo, que tanto dice sobre nosotros.
Pago biométrico para mantener seguros nuestros datos
Las noticias sobre el robo de datos son cada vez más frecuentes.
Uno de los últimos casos corresponde al robo de datos a 106 millones de clientes del banco estadounidense Capital One el verano pasado, que se estima podría costarles entre 100 y 150 millones de dólares.
En 2017, fue la compañía de crédito EQUIFAX la que vio la información confidencial de 150 millones de estadounidenses revelada al mundo.
En este caso, la compañía tuvo que pagar 700 millones de dólares en daños, de los cuales 425 millones fueron para compensar a los clientes.
Analizando estos casos es fácil comprender por qué las instituciones financieras, bancos y entidades de pago han asumido que el futuro de su negocio está asociado a los sistemas de pago biométricos.
Hay que mejorar la seguridad de los pagos y los datos.
La tarjeta de pago biométrica existe … ¡y es suiza!
La primera tarjeta bancaria, equipada con un lector biométrico de huellas digitales, se lanzó en Suiza a fines del año pasado.
Diseñada y desarrollada por el banco CORNERCARD en colaboración con VISA y GEMALTO, esta tarjeta de pago tecnológicamente avanzada identifica a su propietario mediante huellas digitales.
Cuando el usuario va a pagar, no necesita introducir un PIN, solo tocar con su dedo la tarjeta. Una señal LED, también integrada en la tarjeta, confirma la operación.
Además de fácil y conveniente, esta nueva tarjeta también es segura. Los datos de la huella digital no se almacenan en una nube externa, sino en la propia tarjeta en un segundo chip. Es decir, si la tarjeta se pierde o es robada, nadie podrá acceder a la huella digital.
Ejemplos como estos demuestra que el pago biométrico se está desarrollando rápidamente. En algunas tiendas Auchan en Rumania, ya se ha probado el pago en caja con un dedo.
Por otro lado, los chips NFC que ya utilizamos en nuestros teléfonos móviles, también cambiarán nuestros hábitos de pago. Tanto es así que podríamos preguntarnos si será necesario tener una tarjeta de pago en el futuro…
Pago biométrico y tarjetas bancarias de diseño: las dos caras del pago en el futuro
Lo cierto es que, pese al crecimiento del pago biométrico, las tarjetas tienen aún un largo futuro por delante. Solo hay que prestar atención al detalle que los neobancos están poniendo en el diseño de sus propias tarjetas.
Por ejemplo, el banco N26, utiliza un material transparente en la versión estándar de su tarjeta (para expresar la ausencia de costos ocultos) y la versión premium se corta en una lámina de acero reforzada. El uso del metal es una tendencia que se puede encontrar también en REVOLUT, QONTO y APPLE, y representa valores como la sostenibilidad, la calidad y el servicio premium.
Al igual que ocurre con la marca o el modelo de nuestro teléfono móvil, la tarjeta de pago es también un marcador social que dice mucho sobre nuestras elecciones. Y aunque es una tendencia que ya está empezando a observarse, elegir una entidad u otra estará muy asociada en el futuro también a nuestros valores y compromisos sociales.
Conclusiones
Ante los problemas recurrentes con el robo y la piratería de datos o tarjetas bancarias, el pago biométrico se posiciona cada vez más como la solución para el futuro.
Lejos de sustituir al modelo actual, previsiblemente esta modalidad se integrará con los medios de pago existentes. Es decir, sin reemplazar por ejemplo a las tarjetas, que conservan una fuerte dimensión de estatus social, incluso en un mundo cada vez más desmaterializado.
Fotos de créditos: CORNÈRCARD, Doconomy, Qonto, Revolut, iStock
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