Finanzas Claras
Crisis económica en España ¿Hay motivos para creer que llegará?
La temida expresión de crisis económica vuelve a estar en boca de todos. Desde hace meses se vienen escuchando malos presagios que hablan de desaceleración, aunque aún está por ver que vaya a ser leve o grave.
La actualización de la previsión de crecimiento económico que el Gobierno envió a Bruselas, ha vuelto a generar las preguntas. ¿Hay motivos para creer que llegará una nueva crisis económica?
Según los datos del Ministerio de Economía, bajan las perspectivas de crecimiento del PIB para 2019 de 2,2% al 2,1% y, en 2020, del 1,9% al 1,8%.
¿Qué significan estos datos y en qué indicadores se basan para publicarlos? A continuación analizamos distintas fuentes.
Cuadro resumen de Previsiones de crecimiento según los organismos
La previsiones económicas según distintas fuentes
Hoy en día podemos encontrar previsiones macroeconómicas procedentes de distintas entidades o medios de comunicación, pero no todas tienen la misma autoridad. Actualmente, quienes se dedican a la macroeconomía están atentos a entidades con reputación contrastada para emitir previsiones fiables. Las más importantes son:
El Ministerio de Economía
Con frecuencia, el Gobierno español está obligado a publicar cuadros macroeconómicos por distintos motivos: la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, el envío del Plan Presupuestario Anual a Bruselas, el Programa de Estabilidad…
Sus últimas previsiones, como hemos explicado al principio del artículo, acaban de publicarse y sitúan el crecimiento del PIB de España en un 2,1% para 2019 y un 1,8% para 2020.
El Banco de España
El banco central del Estado español también publica sus previsiones regularmente.
El último cuadro, publicado a finales de septiembre, resulta algo más conservador que el del Ministerio de Economía. Revisa a la baja el crecimiento económico español hasta un 2% en 2019 y un 1,7% en 2020.
La Comisión Europea
Publica cuatro previsiones de crecimiento para los países miembros, una en cada estación del año (primavera, verano, otoño e invierno).
En el último verano, sus previsiones para España subieron dos décimas con respecto al cuadro anterior, hasta un 2,3%, superando ampliamente la media de la Zona Euro, situada en el 1,2%. La revisión de otoño aún no ha sido publicada pero todo hace esperar que se revisará a la baja.
El Fondo Monetario Internacional (FMI)
El FMI también acaba de rebajar su previsión de crecimiento para España (el 15 de octubre) hasta el 2,2% en 2019 y el 1,8% en 2020, un poco más optimista que la previsión del Gobierno.
A pesar de esto, según el FMI, España seguirá siendo la economía que mejor se comportará de la Unión Europea en el último trimestre de 2019.
La Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)
Esta entidad también acaba de publicar sus últimas previsiones este mismo octubre. Y son más pesimistas que cualquiera de las anteriores. El descenso se hunde bajo la barrera del 2, llegando al 1,9% para 2019 y al 1,5% en 2020.
FUNCAS se atreve a hablar, no de una recesión, pero sí de un fin de ciclo.
¿Qué motivos e indicadores modifican las cifras de crecimiento?
Como has visto, las cifras ofrecen distintas interpretaciones. Algunas son menos catastrofistas, otras alertan de un serio parón.
Entre los motivos que anuncian un posible enfriamiento de la economía suelen repetirse: la inestabilidad política en España, la guerra comercial en el contexto internacional, con el establecimiento de nuevos aranceles, la amenaza del Brexit, etc.
La otra cara de la moneda la constituyen esos motivos que llevan a los expertos a afirmar que esta recaída no será tan dura como la crisis de 2007: actualmente, no existe tanto desequilibrio financiero ni tanto endeudamiento como tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Pero, al margen de estos hechos políticos y sociales, los expertos siempre se fijan en una serie de datos objetivos a la hora de realizar sus previsiones. Es lo que llaman indicadores macroeconómicos; algunos de los más importantes son:
El PIB
El Producto Interior Bruto expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios (excluye la producción de materias primas) de un país. El PIB, a su vez, se compone de otros indicadores como el consumo, el gasto púbico o la inversión.
Precios
La tasa de inflación, es decir, el aumento generalizado de los precios de los bienes y servicios en un país, tiene una importancia vital en el crecimiento económico del mismo. El índice más utilizado para medir la inflación es el IPC.
Tasa de Desempleo
Es el porcentaje de la población activa que busca trabajo y no lo encuentra.
Una Tasa de Desempleo alta lastra el crecimiento económico de un estado.
Consumo
Si el consumo baja durante un período de tiempo prolongado, puede deducirse que los consumidores tienen dudas sobre su capacidad para afrontar gastos, endeudarse, mantener su empleo, etc. Es síntoma de retraimiento económico.
La Inversión
Contabiliza el gasto que se dedica en un país a la adquisición de bienes destinados a producir beneficios. Que los inversores se muestren más conservadores, que prefieran no arriesgar sus ahorros, puede ser un indicio de que la economía se está frenando.
Importación-Exportación
Una balanza comercial positiva es un factor que hará crecer la economía de un país y estimulará su productividad. Si esta cae, puede ser un indicador de una recesión económica.
A estos indicadores pueden sumarse muchos otros que dan pistas para elaborar una previsión de crecimiento. Lo importante es entender que los expertos tratan de buscar evidencias a la hora de pronosticar. Que estas previsiones se aproximen más o menos a lo que suceda en la realidad, depende de muchas variables.
Seguiremos atentos a las próximas revisiones para matizar los datos y sacar conclusiones.
Si te ha interesado este artículo te recomendamos: