¿Cuáles son las ventajas y desventajas de comprar una casa en régimen de cooperativa?
En primer lugar, ya lo hemos mencionado: el coste. El precio de una vivienda en régimen cooperativo no suele garantizarse de antemano, porque los costes de construcción o las modificaciones de las calidades pueden alterarlo. Cuando se constituye la cooperativa ni siquiera está escogida la constructora que levantará el inmueble, decisión que corresponde a los socios y que tiene consecuencias sobre el coste último. Sin embargo, si la cooperativa cuenta con una gestora, lo normal es que el precio final se aproxime mucho al estimado. Se calcula que una vivienda en régimen de cooperativa puede salir entre un 15% y un 20% más barata que con promoción ajena.
Además, aporta otras ventajas. El asociado tiene la oportunidad de participar desde el principio de las decisiones que se tomarán en la promoción, como veremos más adelante.
Por otra parte, asociarte a una cooperativa a veces te brinda las mismas posibilidades que comprar sobre plano. Es decir, puedes ajustar a tus necesidades algunos aspectos de la construcción, o realizar mejoras, siempre que los estatutos lo permitan, que no afecte a elementos básicos del proyecto y que haya acuerdo entre los socios.
Como contrapartida, formar parte de una cooperativa implica unos deberes. El socio es el promotor y, al mismo tiempo, el adjudicatario de la vivienda. Por eso tendrá que asumir una serie de tareas y las responsabilidades de un seguimiento a las que no estaría obligado en otro tipo de adquisición.
Otra de las desventajas también es propia de comprar una casa sobre plano. El socio debe estar pagando aportaciones sin poder vivir aún en su nueva casa, por lo que el esfuerzo puede ser grande. Además, la construcción puede retrasarse, con el consecuente fastidio para quien tenga que pagarse un alquiler provisional.