Los trámites burocráticos son siempre un engorro. Y si además tienes que llevar a cabo esa tarea en el peor de los momentos, no es lo ideal. Cuando fallece un ser querido, no tienes ganas de pasarte horas en una entidad bancaria, una oficina de la administración o un juzgado. Tu estado mental hace que corras el riesgo de cometer errores, lo que puede suponerte penalizaciones de bastante dinero (ya sea porque olvidas pagar algún impuesto o porque te vence el plazo de cobrar algún seguro).
Probablemente, en esos momentos no sentirás que el dinero sea lo más importante, pero debes sobreponerte y pensar que la vida sigue… y tiene costes. La mejor vacuna para hacer las cosas como debes, sufriendo lo mínimo posible, es la información. En este post desglosamos de forma ordenada los pasos que has de seguir cuando muere un familiar, deteniéndonos con un poco más de detalle en los aspectos financieros.