Consumo Inteligente
Robos en casa y okupas en vacaciones ¿Qué debes saber?
Ante la perspectiva de dejar la casa sola durante una temporada, nos invade el miedo a que los ladrones nos den un disgusto. Es un miedo que, además, se va contagiando mediante el virus del boca oreja, y porque el sentido común nos dice que en estos meses de vacaciones los robos en casa han de aumentar por fuerza. Y, entre unas cosas y otras, la sensación de indefensión está servida. Pero, ¿cuál es la realidad?
En este post vamos a reflexionar en torno a algunas cifras objetivas, pero interpretadas de maneras opuestas según los intereses de quien las analice. Por tanto, antes que nada, tenemos que anticipar que las conclusiones tendrán que ser extraídas por el propio lector.
Los robos en casa aumentan en vacaciones, pero disminuyen en el tiempo
Comenzaremos analizando un plano general de la situación, para luego ir al detalle. El plano general transmite una idea clara: España es uno de los países más seguros del mundo, ocupa la posición 33 en el índice de criminalidad de 123 estados analizados. Otro dato esclarecedor es el de la evolución de los robos desde 2012 hasta 2018. Puede verse con claridad que el número total de robos sigue una tendencia descendente, según los datos que del Ministerio de Interior.
Al desglosar por categoría entre hurtos, robos con violencia e intimidación o robos con fuerza “contra las cosas” (cuando el ladrón irrumpe en una casa o establecimiento, ya sea rompiendo ventanas, cerraduras o excavando butrones), vemos que estos últimos han experimentado un mínimo ascenso entre 2017 y 2018, tras varios años de descenso (un decremento del 20% desde 2012). Sin embargo, los otros dos tipos, sin duda, continúan en bajada.
Hasta aquí las buenas noticias, las que nos proporcionan un poco de alivio. Las malas nos cuentan que, efectivamente, las estadísticas confirman que los robos en hogares aumentan en los meses de junio, julio y agosto, por razones evidentes: en vacaciones hay más casas vacías.
Según el estudio que una aseguradora ha realizado entre su cartera de clientes, los robos aumentan durante la temporada vacacional un 6,7%. Aunque bien pensado, la cifra no es tan significativa. Los datos anteriores reflejan que las probabilidades de sufrir esta situación es relativamente baja. Pero tampoco hay que darlo todo por garantizado.
Solo el 3% de los robos tiene éxito
Las estadísticas también hablan del comportamiento de los ladrones. Sólo un 10% de los robos son planeados, mientras que el 90% son espontáneos, según el Ministerio de Interior. Este dato no es baladí, pues nos viene a decir que la gran mayoría de los robos se produce cuando el propietario baja la guardia y el caco aprovecha la oportunidad.
Esto puede explicar también otra cifra que viene a contradecir el imaginario colectivo: la mayoría de los robos se produce durante el día. Nada de ladrones sigilosos con pasamontañas negros cortando cristales con cuchillas de diamante, como en las películas.
Al final, queremos pensar que esto podría ser una buena noticia: mientras que un ladrón que prepare a conciencia un delito podrá enfrentarse a sistemas de seguridad más complejos, uno que obre por impulso claudicará si encuentra las mínimas medidas de seguridad. Y hay otro dato (que en esta ocasión aporta un estudio realizado por la OCU entre consumidores) que viene a reforzar esa interpretación: sólo el 3% de los intentos de robo tienen éxito; los otros, fracasan.
¿Y los okupas?
Otro de los grandes terrores del propietario es ver su hogar invadido por okupas y acabar encerrado en uno de esos laberintos kafkianos, largos, tediosos y costosos, para conseguir echarlos de su casa. Sin embargo, aquí también habría mucho que hablar sobre la posibilidad real de que un okupa entre en tu casa y qué cauces legales existen para expulsarlo.
Ante todo, lo que debes saber es que si la casa okupada es tu lugar de residencia habitual, aquel en el que estás empadronado, es posible denunciar a los invasores por allanamiento de morada y la policía podrá expulsarlos sin tardanza. Por esto, los «okupas profesionales» suelen hacer bien su trabajo: investigan primero los vecindarios para localizar esas casas vacías que pertenecen a entidades financieras.
En estas viviendas, los okupas pueden establecerse con menos riesgos y durante mucho más tiempo, siguiendo unos procedimientos legales que dominan a la perfección. Cuando por fin son expulsados, se mudan a la siguiente casa de las mismas características, y listo.
Con esto no queremos decir que tus propiedades estén libres de okupación al 100% (quizá esa casita en la playa que compraste como inversión, y que no visitas más una vez al año sea más atractiva), pero sí podemos afirmar que no son el objetivo prioritario del perfil más habitual de okupa.
Las medidas de seguridad más recomendadas
Sin embargo, sin tienes una casa verdaderamente susceptible de estar en el punto de mira de los atracadores, o quizá en su interior conservas un jugoso patrimonio que proteger, nadie te quita el legítimo derecho a sentir que necesitas tomar medidas de seguridad.
De hecho, hay un dato que no podemos obviar: la disminución del número de robos es un dato que corre paralelo al del aumento de la instalación de alarmas. Son dos tendencias que, según quien las interprete, se presentan como causales o solo como correlativas.
Sea como sea, los sistemas de seguridad preferidos por los usuarios encuestados por la OCU son las alarmas, las cerraduras de seguridad, las puertas acorazadas y las ventanas antirrobo, por encima de la vigilancia mediante móvil, la vigilancia privada o la vigilancia policial.
Pero no olvides que la mayoría de los robos se producen sin plan previo, cuando el ladrón ve una ocasión. Para evitar este tipo de robo espontáneo no necesitas encerrarte en una fortaleza, tan sólo seguir algunas recomendaciones:
⇒ Cierra puertas y ventanas.
⇒ No te dejes las llaves puestas.
⇒ No repartas excesivas copias de tus llaves.
⇒ No anuncies a los cuatro vientos que tu casa va a estar vacía durante un mes.
⇒ Cuidado con la información que transmites en redes sociales.
⇒ E intenta no dejar artículos de gran valor (ya sea económico o sentimental) en tu casa, sin vigilancia.
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