Huella digital: Qué es y cómo controlar su impacto ambiental

Huella digital

La huella digital es ese rastro que vamos dejando en internet al entrar en una u otra web, al usar las redes sociales, al leer la prensa digital… Cada usuario provoca una estela de datos que escapan a su control y, o bien quedan almacenados en servidores remotos sin utilidad alguna, o bien ofrecen información personal (sobre sus hábitos de navegación, sobre sus preferencias de contenidos).

Esta huella, o sombra digital, tiene dos consecuencias nocivas. La primera afecta a la privacidad del usuario. La segunda a la sostenibilidad del planeta.


Los riesgos de la huella digital para tu ciberseguridad

La suma de las huellas digitales de todos los usuarios de internet tiene una gran utilidad para lo que hoy se conoce como Big Data, el cual puede darle un uso honesto o deshonesto (como bien se probó con el escándalo de Cambridge Analytica).

En las redes sociales es donde se acumulan más datos de nuestra huella digital, que dichas plataformas emplean para ofrecer publicidad en modo segmentado, es decir, en base a las preferencias, gustos, edad y estilo de vida, entre otros, de cada usuario. Los textos, fotos, canciones, videos y demás información de contenido que compartimos en redes sociales forman parte de esa gran base de datos con las que trafican las redes sociales.

Recuerda aquella máxima cada vez más escuchada en relación con el uso de plataformas y redes sociales: si el producto es gratis, el producto eres tú. En resumen, las redes sociales se nutren de nuestros datos para modificar nuestra experiencia de usuario y ofrecernos contenidos afines. Claro que también pueden vender esos datos a terceros y ahí es cuando se complica la cosa.

¿Es peligroso usar las redes sociales en términos de privacidad?

Por desgracia, no se pueden poner todas las puertas al campo de internet que nos gustaría. En cuanto entramos en una red social o incluso en una web que nos pida que aceptemos sus cookies, estamos creando huella digital. Es cierto que proporcionamos información sobre nuestros hábitos y preferencias, pero esta será usada para tener un retrato comercial de cada usuario, no para usar información confidencial (mensajes privados de la mensajería) para chantajes o ataques al honor.

En ese sentido, no es peligroso usar las redes sociales, aunque formando para de esas comunidades digitales uno consiente que se conozcan e incluso se vendan a terceros, con peligros potenciales como que otras empresas contacten con nosotros para vendernos productos, recibir correos comerciales en nuestro inbox que no deseamos o, incluso, llamadas telefónicas de tipo comercial que tampoco hemos solicitado.

¿Cómo limitar nuestra huella digital para reducir riesgos?

El consejo más sencillo para evitar dejar rastro digital es evitar ciertas aplicaciones que nos resulten sospechosas. Empresas con sede social en paraísos fiscales y con términos de privacidad confusos o demasiado prolijos y que exigen demasiados consentimientos. No subestimes tu sentido común, también te alertará de cuándo estás cediendo más información de la debida.

Algunos trucos te pueden ser de ayuda, como:

  • No rellenes todos los campos de los formularios, sobre todo en la solicitud de teléfono móvil.
  • Restringe el acceso a tus publicaciones con distintos niveles de privacidad. Las listas de Facebook te pueden ayudar en ese sentido.
  • Ten cuidado a la hora de descargar determinadas apps que llegan de las redes sociales.
  • No pinches en enlaces indebidos, como aquellos que te llegan de contactos no conocidos con reclamos como “Apareces en este video, pincha aquí”.
  • No sigas la corriente a perfiles de hombres y mujeres con reclamos eróticos que aparecen en el Messenger y no forman parte de tu red de contactos.
  • Borra la etiqueta de los anuncios comerciales que, a modo de Spam, son víctimas algunos de tus contactos.
  • No aceptes indiscriminadamente todas las solicitudes de amistad que llegan a tus redes sociales. Podrían ser perfiles o bots creados para robarte información de tu huella digital.
  • Aprende a detectar el phishing y adopta una conducta sensata al consumir internet.


La huella digital afecta al planeta

Nunca debemos olvidar el coste en términos energéticos que tiene nuestro uso de internet. Nuestra huella digital queda almacenada en servidores a lo largo de todo el mundo, provocando el fenómeno del dark data, o datos desestructurados, sin utilidad, como residuos en un vertedero que nadie se ocupa de limpiar, pero que consumen un espacio (lo que internet implica que consumen energía).

Porque cada vez que nos conectamos a internet estamos activando los servidores de las granjas eléctricas, necesitas de refrigeración, entre otras demandas energéticas. Solo un ejemplo: un correo almacenado genera 10 gramos de CO2 al año. ¿Cómo se traduce esta cifra a los millones de gigas que suman las huellas digitales de todos los usuarios de Internet a lo largo y ancho del planeta? Se calcula que las emisiones de dióxido carbono resultantes suponen ya el 2 % del total de las emisiones mundiales.

El consumo de videos en streaming o las actividades de minado relacionadas con las bitcoins o criptomonedas son las que más consumo energético generan. Piénsalo cada vez que te dejes la pestaña de Netflix abierta, reproduciendo una película que no estás mirando.

Cómo lograr un internet más sostenible reduciendo nuestra huella digital

Es cierto que Reducir la huella digital dependerá en buena medida del compromiso de los gigantes de Internet: plataformas de streaming, buscadores, centros de datos, granjas de criptomonedas… Y en eso, aparentemente, el usuario poco puede hacer.

Sin embargo, mientras esperamos la venida de una energía limpia y renovable, sí podemos comprometernos individualmente a rebajar el peso de nuestra huella digital.

Borrar los perfiles que no utilizamos, limpiar nuestros back ups de fotos y vídeos en la nube, cerrar cuentas de correo electrónico… En definitiva, limpiar, en la medida de lo posible, la “sombra” que dejamos en Internet y consumirla de una forma menos impulsiva.

De esta forma, no sólo estaremos ayudando al planeta, también reduciremos los riesgos a los que nos sometemos cada vez que imprimimos nuestra huella digital y nos desentendemos de ella.

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