¿Qué es la CNMV y cuál es su función?

Si acostumbras a leer la prensa económica o la general, habrás encontrado más de una vez las siglas CNMV. O quizá la mención completa al organismo al que esas siglas hacen referencia, la Comisión Nacional del Mercado de Valores.  Habrás intuido que se trata de una entidad con cierto poder en el sector de la inversión.

Pero es probable que nunca nadie te haya explicado de dónde procede ese poder, en qué se concreta y por qué es necesario. Sin embargo, la CNMV es una institución clave para garantizar la limpieza de cientos de operaciones financieras, y merece la pena dedicarle unas líneas. Si te preguntas qué es la Comisión Nacional del Mercado de Valores, sigue leyendo.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores y la transparencia de los mercados

La CNMV es una institución que depende del Ministerio de Economía. Su objetivo consiste en garantizar la transparencia y la limpieza en los mercados de valores, y la protección de los inversores. Para describirlo en lenguaje corriente, primero es necesario explicar qué son los mercados de valores y la diferencia entre el mercado primario y el mercado secundario.

El mercado de valores es aquel en el que se efectúa la compraventa de renta privada, tanto fija como variable. Es decir, en los mercados de valores se intercambian títulos de participación en la propiedad de empresas en forma de acciones, bonos, cuotas participativas, participaciones hipotecarias, etc. El mercado de valores suele dividirse en dos: el mercado primario y el mercado secundario.

El mercado primario es aquel en el que una entidad privada emite un título (acciones, bonos, etc) para que lo adquiera un comprador.  El mercado secundario es aquel en el que ese comprador, que previamente ha adquirido títulos de cualquier entidad,  negocia con ellos con otros compradores. Un ejemplo de mercado primario es el de una empresa que emite acciones para ampliar su capital. Un ejemplo de mercado secundario es la Bolsa de Valores, donde distintos propietarios de acciones negocian su compraventa, haciendo que su precio suba o baje.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores  está presente en ambos mercados, velando por la transparencia y la legalidad de las transacciones.

¿Cuáles son las funciones de la CNMV en el mercado primario?

La Comisión Nacional del Mercado de Valores recoge información, la procesa e incluye en sus registros oficiales y la ofrece al público para ayudar en la toma de decisiones. Cuando la CNMV opera en el mercado primario, esa información versa sobre dos elementos: primero, analiza al emisor, es decir, a la entidad que quiere poner valores en circulación; en segundo lugar, también examina el propio valor.

Por tanto, para que a una entidad se le autorice a emitir valores de renta fija o variable por primera vez (o realizar una Oferta Pública de Venta de valores ya circulantes, lo cual también se considera mercado primario), antes está obligada a entregar a la CNMV tres elementos. En primer lugar, la documentación acreditada que describa el valor que se va a emitir. En segundo lugar, las propias cuentas del emisor convenientemente auditadas. Y, por último, el folleto con el que pretenda dar a conocer al inversor la situación en que se encuentra la empresa y todos los detalles referentes a los derechos que comporta adquirir sus valores. De esta forma, la CNMV contrasta y evalúa si el inversor recibe la información necesaria para tomar su decisión.

¿Cuáles son las funciones de la CNMV en el mercado secundario?

Dado que los mercados secundarios son más complejos y albergan más recovecos que los primarios, las funciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores tienen más calado. La CNMV vela por que no se perjudique a los inversores ni a la sociedad en general. Para ello, trata de garantizar que los precios se fijan de forma justa, que las transacciones atienden a la legalidad y se efectúan de forma ordenada, pero con continuidad.

A la hora de supervisar la composición de precios, una vez más, la información es la herramienta más valiosa para la CNMV. Una vez que se admiten los títulos para su negociación, la Comisión examina minuciosamente las publicaciones que aparezcan acerca del emisor y de los propios títulos. Un actor deshonesto podría tratar de alterar el precio de los títulos difundiendo información interesada, o beneficiarse utilizando datos privilegiados.

La CNMV además cuenta con un sistema automático de monitorización de mercados, cuyas alarmas advierten de actividades sospechosas. En ese caso, los inspectores de la Comisión investigarán las transacciones que inspiren dudas y evaluarán su integridad. Hay muchas conductas que no son toleradas. Por ejemplo, los directivos de las entidades emisoras no pueden operar sin notificar sus transacciones, las cuales serán examinadas exhaustivamente. También se imponen períodos en los que no podrán realizar ningún tipo de transacción. Si la Comisión determina que la información sobre un valor es insuficiente, suspenderá todas las negociaciones de las que sea objeto. La Comisión, además, tiene la potestad de sancionar en caso de detectar información privilegiada o manipulación de precios.

Otras funciones de la CNMV

En estos párrafos hemos resumido, de forma muy simplificada, los objetivos de Comisión en los Mercados de Valores. Pero el Ministerio de Economía también ha dotado a la CNMV de otras responsabilidades. Algunas de ellas se proyectan al ámbito internacional. Por ejemplo, la Comisión ejerce una importante labor asesorando a las autoridades españolas cuando participan en organismos de la Unión Europea. También presta asistencia técnica directa a la Comisión Europea, a la que ayuda a determinar si los países candidatos a integrarse en la UE poseen sectores financieros saneados.

Al otro lado del Atlántico, la CNMV promueve la formación y la cooperación para lograr que los mercados de valores de los países de Latinoamérica maduren y se modernicen. Para este fin colabora con el Instituto Iberoamericano del mercado de Valores.

En resumen, son muchas las responsabilidades que caen sobre los hombros de la CNMV. Pero la que más peso supone es la de garantizar la transparencia y la integridad en las transacciones de valores. Sin esta vigilancia, los mercados no estarían sujetos a ningún control, y su actividad podría volverse deshonesta y perjudicar a la sociedad.

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