CIRBE: Qué es y para qué sirve al solicitar un préstamo

Encontrar vivienda es una de nuestras mayores preocupaciones. La posibilidad de comprarla es un sueño que se hace realidad para algunas personas. Pero, para conseguir ese sueño, habitualmente hay que endeudarse con un crédito hipotecario o con un préstamo personal. Y las entidades financieras estudiaran minuciosamente nuestra solvencia antes de concedérnoslo. En esta investigación entra en juego la CIRBE, o Central de Información de Riesgos del Banco de España. En este artículo te explicamos qué es y cuál es su papel a la hora de concederte una hipoteca. 

El riesgo de concederte una hipoteca

Toda entidad financiera emprende un estudio de riesgos antes de conceder un crédito hipotecario. Antes de prestarte el dinero que necesitas para adquirir una vivienda, el banco estudiará aspectos como los siguientes: 

  • Tu nivel de ingresos regulares, para determinar tu capacidad de devolver el dinero prestado. 
  • Tu historial crediticio, para conocer tu comportamiento pasado en el pago de deudas. Si tienes antecedentes de impagos o deudas en mora, puede afectar negativamente tu capacidad de obtener un crédito o influir en las condiciones ofrecidas.
  • Tu relación préstamo-valor (LTV), un ratio que compara el monto solicitado con el valor de tasación o compra de la propiedad. 
  • Tu estabilidad laboral. Si tienes un contrato laboral indefinido o una trayectoria profesional estable, esto puede ser un factor positivo para obtener el crédito.
  • Tu edad, la ubicación y características de la propiedad, el tipo de interés aplicable, y otros aspectos.
  • Las deudas que mantienes en el momento de pedir el crédito. Es aquí donde la CIRBE juega su papel. 

¿Qué es la Central de Información de Riesgos del Banco de España?

La CIRBE es un registro administrado por el Banco de España. Recopila información sobre los riesgos y las obligaciones financieras de los clientes de entidades bancarias y financieras en España.

La función principal de la CIRBE es proporcionar a las instituciones financieras una visión global de la exposición crediticia de los clientes. Es decir, esta base de datos centralizada registra toda la información relativa a los préstamos, créditos, avales, riesgos contingentes y otros compromisos financieros contraídos por los clientes con las entidades financieras.

Las entidades están obligadas a reportar regularmente a la CIRBE la información de sus clientes. Esta información se utiliza para evaluar la capacidad de pago y solvencia quien solicite un crédito. También para controlar y supervisar el riesgo financiero en el sistema bancario.

También se utiliza como herramienta para la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, ya que permite identificar movimientos financieros y patrones sospechosos.

¿Qué tiene que pasar para que estés en la CIRBE?

Es importante dejar claro esto: la CIRBE no es un registro de morosos. En la CIRBE se registran todos los clientes que tengan préstamos, tanto si están al día con los pagos como si no. El único requisito es que la deuda supere los 9.000 euros

Por tanto, si tienes una relación crediticia con cualquier entidad financiera, y esta supera los 9.000 euros, estarás en la CIRBE. Y no es motivo de preocupación

Al mismo tiempo, cualquier banco tiene derecho a solicitar la información sobre ti que aparezca en la CIRBE. Y lo hará, previa solicitud, para conocer qué obligaciones crediticias has contraído. Esto le dará una valiosa información para evaluar el riesgo de concederte una hipoteca. 

Eso sí, la CIRBE recopila información crediticia, pero no recoge datos personales sensibles, como por ejemplo ingresos detallados, información sobre patrimonio, historial médico, etc. Además, los datos de la CIRBE son confidenciales y solo pueden ser consultados por las entidades financieras autorizadas. También por el propio titular, quien tiene derecho a solicitar su historial

¿Qué información incluyen los registros de la CIRBE?

1. Identificación del titular. Nombre, apellidos, número de identificación fiscal (NIF) u otros datos de identificación personal.

2. Entidades financieras con las que tienes o has tenido relaciones crediticias.

3. Tipos de productos financieros contratados por el titular, como préstamos personales, créditos hipotecarios, líneas de crédito, avales, garantías, etc.

4. Monto y plazo de los créditos o préstamos concedidos, así como la moneda en la que se otorgan.

5. Saldo y situación de los créditos, así como si se encuentran al corriente de pago o si existen impagos o deudas en mora.

6. Riesgos contingentes, es decir compromisos potenciales, como líneas de crédito no utilizadas o avales otorgados, que pueden generar un riesgo adicional.

Como hemos dicho más arriba, existen limitaciones en los datos que el banco obtiene del cliente. Según el Banco de España, la CIRBE solo proporciona información global sobre los riesgos de una persona o empresa. Esto implica que el banco no manejará una lista detallada de cada una de nuestras deudas, sino que se obtendrá una visión general de la posición global de estas.

¿Cómo se actualiza la CIRBE?

La base de datos de la CIRBE se actualiza mensualmente. Las entidades bancarias tienen la responsabilidad de proporcionar la información necesaria para garantizar un registro seguro, de acceso público pero consulta privada.

Esto significa que cualquier persona tiene el derecho de solicitar y consultar de forma gratuita la información que el Banco de España tiene sobre sus deudas personales. 

Del mismo modo, cuando solicitamos un préstamo a nuestro banco, este tiene el derecho de acceder a los datos relacionados con nuestras deudas en la CIRBE, sin requerir un consentimiento explícito del cliente, aunque siempre se le informará de dicha consulta.

¿En qué se diferencia la CIRBE de un registro de morosos?

En primer lugar, la CIRBE es gestionada por el Banco de España. Su objetivo es proporcionar una visión global de la exposición crediticia de los clientes para las instituciones financieras. No es un registro de morosos propiamente dicho, sino un registro de información crediticia.

Por el contrario, los registros de morosos, como el ASNEF, recopilan información sobre deudas impagadas o vencidas. Es decir, impagos o incumplimientos de obligaciones de pago. Además, incluyen datos específicos, como el importe adeudado, la entidad acreedora y la fecha de incumplimiento.

Mientras que la CIRBE es de acceso restringido (solo las entidades financieras autorizadas y los propios clientes pueden consultarla), los registros de morosos son de acceso público. Esto significa que cualquier entidad o persona interesada puede consultar la información incluida en ellos.

Podemos resumirlo en que figurar en un registro de morosos es preocupante. Quiere decir que has faltado a tus obligaciones crediticias, y eso puede tener consecuencias. Sin embargo, figurar en la CIRBE es obligatorio para cualquier cliente que tenga un crédito superior a 9000 euros. No tienes que darle más vueltas. 

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