Las sucursales bancarias físicas no están atravesando su mejor momento. La creciente digitalización de las entidades bancarias permite que cada vez más clientes realicen sus operaciones online sin necesidad de acudir presencialmente al banco. Como resultado, el tráfico en las sucursales está disminuyendo y ha obligado a repensar su utilidad.
En este artículo de #Oneday te invitamos a descubrir 3 casos de sucursales europeas que se han reinventado.
La división de productos financieros de Richard Branson, Virgin Money, ha lanzado en Inglaterra un nuevo estilo de sucursal, o más concretamente lo que han denominado un «banco sala de estar».
En este espacio todo está orientado a que el cliente se relaje. Wifi y periódicos, así como bebidas se ofrecen a los clientes en una habitación donde los cómodos sofás han reemplazado las sillas incómodas.
Londres, Manchester, Edimburgo o Cardiff son solo algunas de las ciudades en las que los clientes de Virgin pueden disfrutar de estos espacios, donde además hay salas que pueden utilizarse para realizar eventos o encuentros.
Otro ejemplo, en este caso alemán, es el de Deutsche Bank. La reconocida entidad bancaria con presencia internacional, ha decidido renombrar su principal sucursal en Berlin, ahora conocida como «The Quartier Zukunft», que significa literalmente «El futuro del distrito».
Un banco que trata de ser lo más digital posible, pero también lo más humano posible.
La gente se acerca a esta nueva sucursal a aprender, compartir o aprender cómo gestionar sus finanzas.
Para ello, el espacio organiza regularmente sesiones y workshops de temáticas variadas, por ejemplo; cómo realizar pagos en moneda extranjera o cómo convertirse en un verdadero berlinés para los nuevos residentes de la capital.
Este espacio a diferencia de otras sucursales, no gira en torno a la actividad bancaria de la compaía. Se trata de un espacio enfocado al futuro, los sueños y deseos de cada persona.
Las salas de reuniones y cubículos de ventas han dado paso a espacios para pasar el rato. Una señal indiscutible de cambio.
En el corazón del distrito 3 de París, la aseguradora MAIF, ha transformado casi 1.000 m2 en un espacio destinado a las nuevas formas de consumismo, la nueva economía y la sostenibilidad.
Se trata del Maif Social Club.
El espacio, al que puede acceder cualquier persona (sean clientes o no) invita a sus visitantes a aprender más sobre las tendencias del momento y del futuro, a través de talleres y eventos, al mismo tiempo que se prueba y experimenta.
El Maif Social Club trata de compartir la visión de una sociedad más colaborativa, tanto en sus talleres como en debates, exposiciones y exhibiciones de películas y cortometrajes.
Desde su apertura en noviembre de 2016, cuenta con 100,000 usuarios registrados.
Los costes de propiedad, el mantenimiento y el personal de estas nuevas sucursales son altos. Sin embargo, no tienen como objetivo generar ingresos directos. La idea es dejar que los clientes experimenten en su banco y reforzar la conexión con los clientes en un momento concreto en el que la competencia es cada vez más dura.
Sin embargo, estos casos también plantean preguntas sobre su viabilidad: en 2017 ING cerró sus dos «Cafés ING» en París y en Lyon, ya que su mantenimiento era demasiado caro.
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