Consumo Inteligente
Trabajar en un coworking ¿Estás preparado para ello?
Si estás leyendo este artículo, probablemente ya te habrás dado cuenta: la vida laboral tal y como se planteaba antes (lineal, escasa en riesgos, pero también en emoción), es un concepto en extinción.
Las nuevas tecnologías han hecho posible que una persona con un ordenador represente una fuerza de trabajo notable. Pero al mismo tiempo, estos nuevos modelos laborales también representan retos para el individuo. Uno de ellos es el espacio de trabajo.
Si eres autónomo y no necesitas grandes infraestructuras para desempeñar tu labor, probablemente ya hayas probado lo que es el teletrabajo. O quizá te estés planteando el instalarte en tu propia oficina. Pero quizá no te hayas planteado dar un paso intermedio: el coworking.
¿Podría ser interesante para ti? ¿Cuáles son sus ventajas y puntos débiles? Vamos a analizarlo:
Ventajas
Ayuda a estructurar el tiempo
Uno de los peligros de trabajar en casa es la dificultad para separar el tiempo de ocio del tiempo de trabajo. Separar el espacio de trabajo y el de vivienda ayuda a disfrutar de tu tiempo de ocio por completo, y por tanto a ser más productivo durante tu tiempo laboral.
Trabajar en un coworking te da la posibilidad de conseguirlo sin someterte a horarios inflexibles. En este sentido, te recomendamos que, a la hora de encontrar el coworking adecuado, valores los horarios de apertura en función de tus hábitos.
Evita el aislamiento
Hay ciertas formas de conocimiento o experiencia que en ocasiones sólo llegan gracias al contacto diario con otras personas. En un coworking, don al contrario, estarás en contacto con mucha gente que incluso pueda darte ideas nuevas.
Al mismo tiempo, un coworking puede motivar una autopercepción más profesional. Piensa cuánto puede perjudicar tu confianza el realizar tus tareas junto al cuarto de la plancha, en una cafetería donde la mayoría de la gente disfruta de tiempo de ocio, o rodeado de estudiantes universitarios en una biblioteca. Puede que no te moleste nada. O puede que no lo soportes.
Mejores infraestructuras
Tu productividad depende muchas veces de unas infraestructuras que, quizá, tu no te puedas permitir.
Los mejores coworkings te ofrecen puestos ergonómicos, reprografía, salas preparadas para presentaciones audiovisuales, todo el ancho de banda que puedas necesitar, espacios para relajarte y dejar que fluya el pensamiento…
Networking
Los contactos comerciales se establecen habitualmente mediante contacto humano.
Compartir espacio con otros profesionales es una fuente de oportunidades para conseguir nuevos clientes, o incluso aportar en proyectos en los que no creíais que pudieras participar.
Aumenta la inspiración
El contacto con otros profesionales ayuda a crecer laboralmente. En un coworking las ideas fluyen con facilidad y las distintas disciplinas que se congregan bajo el mismo techo se enriquecen unas a otras.
Además, muchos coworkings organizan eventos y charlas como valor añadido para sus residentes.
Reduce las distracciones
Hay personas que, en cuanto acceden a un espacio de trabajo, ponen su cerebro en “modo work” y rinden mucho más que en casa, o que en un espacio público como una biblioteca o una cafetería.
De esta forma reducirás las excusas para procrastinar.
En contra
Falta de intimidad
La falta de intimidad tiene mucho que ver con la distribución de los espacios del coworking que escojas.
Si le das mucho valor a la privacidad, pero no puedes costearte un despacho cerrado, comprueba que el lugar de trabajo que te ofrecen disponga de elementos de compartimentación del espacio (jardineras, biombos, tabiques, mobiliario) y que cuente con suficientes salas cerradas comunes para reunirte o aislarte cuando lo veas necesario.
Competencia y falta de jerarquía
En ocasiones los coworking se especializan por sectores (por ejemplo, viveros tecnológicos), y esto provoca que varios trabajadores compitan en el mismo sector por los mismos clientes, metas o recursos.
Una estructura tan horizontal como la de un coworking hace que no exista un responsable que medie en los conflictos entre su miembros (no hay un jefe, un departamento de RRHH, etc). Por tanto, la incómoda y tediosa tarea de defender tus intereses ante posibles interferencias de otro coworker te corresponderá a ti.
Limitaciones al crecimiento
Ojalá llegues a enfrentarte a este problema en algún momento. Porque eso significará que te está yendo muy bien. Cuando progresas como profesional, puede llegar el momento de montar tu empresa, y que ésta crezca a un ritmo que no esperabas.
En ese contexto, el espacio de un coworking no es lo suficientemente flexible como crecer contigo y tendrías que buscarte tu propio espacio. Pero, a fin de cuentas, también te ocurriría si estuvieras trabajando en tu casa.
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