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Casas pasivas: cómo poner la construcción al servicio de la sostenibilidad
La empresa Schneider Electric lleva más de una década publicando estudios sobre la eficiencia energética y la sostenibilidad de los inmuebles. En sus últimos resultados confirma que los edificios son los responsables del 30% de las emisiones de CO2 del planeta. Teniendo en cuenta que en 2050 se prevé que su número se haya casi duplicado, es evidente que tenemos un problema.
El concepto de casas pasivas puede ser una de las posibles soluciones.
Casas pasivas o Passivhaus: una nueva forma de construir
El concepto casa pasiva es un modo de construir de forma sostenible. Busca crear edificios de alta calidad capaces de lograr una eficiencia energética máxima, al mismo tiempo que proporciona las condiciones de vida más saludables y confortables para quienes los ocupan.
Concretamente, una casa pasiva podría ahorrar hasta un 90% de energía con respecto al parque de edificios medio y un 75% con respecto a los más recientes.
Estos enormes ahorros de energía se consiguen utilizando materiales y componentes específicos para controlar la temperatura y aumentar la eficiencia energética, e incorporando sistemas de ventilación cualificados
Los cinco principios de la casa pasiva
El de casa pasiva no es un concepto que funcione sólo sobre el papel. Se trata de un modo de construcción de eficacia probada con múltiples casos de éxito documentados.
Además, están perfectamente definidas cuáles son las estrategias a través de las cuales puede llegarse a construir según esta filosofía. De hecho, aunque no es una marca comercial, sí existe un estándar registrado que concede la etiqueta Passivhaus a las construcciones que cumplan las condiciones.
Y todo parte de cinco principios técnicos:
1. Aislamiento térmico
La temperatura de la vivienda debe mantenerse aislada de la exterior, tanto en verano como en invierno. Para esto, tanto las paredes como las cubiertas y suelos deben estar adecuadamente aislados.
2. Hermeticidad
La vivienda debe ser tan hermética como resulte posible. Los cerramientos garantizarán que cada compartimento queda estanco; tanto en los espacios interiores de la casa como en los huecos de la estructura del edificio.
3. Desaparición de los puentes térmicos
Un puente térmico se define como un punto donde se da una transferencia de temperatura. Puede ser el vidrio de una ventana o un muro mal aislado. En una Passivhaus, los puentes térmicos apenas existen.
5. Ventilación Mecánica Controlada (VMC)
La ventilación supone el 90% de las pérdidas energéticas de una casa. Pero abrir las ventanas no es el único modo de ventilar. Los nuevos sistemas VMC permiten con recuperación de la temperatura ambiente.
4. Puertas y ventanas de máxima calidad
Del punto anterior se deduce que las puertas y ventanas, que son los puentes térmicos por excelencia, deben ser de una calidad incuestionable para evitar la pérdida de calor o frío de cada estancia.
Estos cinco principios conviven con la necesidad de una arquitectura biocompatible. Es decir, edificios de bajo impacto ambiental, pensados para aprovechar las circunstancias climáticas del lugar donde son construidos, y realizados con materiales poco contaminantes.
La certificación Passivhaus
El concepto de casa pasiva surgió desde el principio con la ambición de crear un estándar que sirviera para evaluar la eficiencia energética de las casas. Surgió a finales de los años 80 y ha sido desarrollado a partir de muchas investigaciones.
En septiembre de 1996 el, se fundó el Passivhaus-Institut en Alemania, que se responsabiliza de fijar los requisitos que un edificio debe cumplir para ser casa pasiva, así como de otorgar las certificaciones que acreditan que una casa es pasiva.
En España, unos 90 edificios poseen la certificación Passivhaus, como por ejemplo Torre Bolueta (Bilbao), la residencia de ancianos de Camarzana de Tera (Zamora), o el Multirresidencial Arroyofresno (Madrid)
Ventajas adicionales de las casas pasivas
El concepto de casa pasiva se centra, sobre todo, en la eficiencia energética. Pero no es la única ventaja que surge de abrazar esta filosofía.
- Una casa pasiva debe ser asequible. Al estar basada en principios de biocompatibilidad y materiales propios de los climas donde se proyectan, las construcciones no exigen un alto coste.
- Ofrece los máximos niveles de confort. Una casa pasiva busca conseguir el mayor confort térmico mediante componentes pasivos, en diferentes circunstancias medioambientales.
- Son sostenibles. Se construyen con materiales no contaminantes y saludables para sus ocupantes. Su eficiencia energética reduce las emisiones de CO2.
- Benefician a los proveedores locales. Los componentes que mejor se adaptan a un clima concreto suelen ser elaborados por fabricantes establecidos en el mismo territorio donde se lleva a cabo el proyecto.
Las casas pasivas son otro ejemplo de cómo la sostenibilidad es una exigencia presente en todos los sectores. Porque a veces las ideas son la mejor herramienta para dar el paso necesario a un modo de vida más sostenible.
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