Según algunos expertos, nos encontramos en pleno período de transición entre la Tercera Revolución Industrial y la Cuarta. La tecnología evoluciona a cada segundo, lo que implica innovación, nuevas necesidades (demandas), nuevas formas de satisfacerlas (ofertas) y, por tanto, nuevas oportunidades empresariales. Si a esto le sumamos la influencia de la crisis económica y la popularización de la cultura del emprendimiento, tenemos el caldo de cultivo ideal para el fenómeno del que vamos a hablar en este post: la startup.