Teletrabajo: Así puedes aumentar tu productividad

Teletrabajo: Trabajar en casa

Cuando hablamos de teletrabajo, predomina una versión idealizada de lo que es trabajar en casa: comodidad, dominar los horarios y el espacio, no tener jefes… Pero a la hora de la verdad, quien lo hace se encuentra con muchos problemas que un empleado de oficina no conoce: desconcentración, incapacidad para desconectar, estrés…

Cuando estos problemas afectan a tu productividad, pueden pasar dos cosas: o la jornada se extiende o los ingresos disminuyen. Además, esa carga mental que genera el trabajo estancado puede traducirse en ansiedad. En este post analizamos cómo mantener la productividad cuando tienes teletrabajo, a través de tres frentes: tu tiempo, tu espacio y tu mente.


Organiza tu tiempo

¿Cuáles son las ventajas del teletrabajo? Levantarte tarde, estar en pijama, desayunar ante el ordenador, rellenar un Excel en la cama, ir a tu aire sin dar explicaciones… Qué lástima que esto forme parte de todo aquello que no se debe hacer, según los expertos.

Para los psicólogos hay una clave para que el trabajo en casa funcione: Que trabajar en casa sea lo más parecido a acudir a la oficina.

La asociación mental que se establece entre el trabajo y una oficina nos hace más productivos. Además, sólo así es posible separar la vida personal de la profesional.

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Establece rutinas

Madrugar es importante, porque el propio acto de abandonar pronto la cama tiene un efecto motivador a la hora de afrontar la labor pendiente; la mayoría de las personas tardan menos en desarrollar una tarea si la emprenden cuanto antes.

Además de madrugar, olvídate de sentarte a trabajar en bata. Lo recomendable es asearte, vestirte y acudir a tu puesto perfectamente presentable… por mucho que se encuentre en la habitación contigua.

Diseña un horario laboral

Lo más importante es fijar una hora “de salida” y tratar de cumplirla siempre. Puede servirte de ayuda apuntarte a una actividad programada que te motive y te marque una hora límite (por ejemplo, si acudes a clases de pintura todos los días a las 6, no te permitirás distracciones para terminar la tarea cuanto antes y no llegar tarde a la sesión).

Define bloques horarios

Estando en casa, puedes ser más flexible en cuanto a los tiempos de trabajo. Evita trabajar demasiadas horas de un tirón y establece descansos reales entre ellos. Así evitarás problemas posturales, por ejemplo.


Organiza tu espacio

Puede tentarte la idea de tumbarte en el sofá con el portátil, pero, una vez más, es importante que nuestra mente establezca una asociación sencilla entre el espacio y la productividad.

Si tu casa tiene el tamaño necesario, es ideal disponer de un escritorio dedicado exclusivamente a trabajar, cómodo y adaptable a las exigencias de tu labor.

Procura contar con luz natural y, a la hora de escoger los muebles, prioriza la funcionalidad por encima del valor decorativo. Si necesitas aislarte pero tu casa no tiene suficientes habitaciones, prueba con soluciones abatibles, como biombos o cortinas.

Aún así, las delicias de tu hogar dulce hogar te reclamarán, para poner la tele, dormir una siesta o cambiar esa bombilla que lleva meses fundida. Si estas tentaciones son demasiado para ti y, además, te parece una tortura pasarte el día entero bajo un mismo techo, busca lugares alternativos donde seguir con el teletrabajo.

Por ejemplo una biblioteca si necesitas más concentración o una cafetería si te apetece un ambiente más dinámico. Nunca se sabe dónde puedes encontrar la inspiración…


Organiza tu mente

En tu propia casa, vas a desempeñar el papel de supervisor, supervisado y compañero de ti mismo. Serás el único responsable de tu rendimiento y cumplimiento de los plazos.

Además, si en tu caso el teletrabajo es algo ocasional, necesitarás seguir reportando a responsables y compañeros en la distancia. Prepararse para la carga mental que esto conlleva es fundamental. Para ello necesitarás toda tu inteligencia emocional.

A la hora de gestionar tu propia productividad, debes tratar de conocerte a fondo. Intenta descubrir a qué horas rindes más, y programa las tareas más complicadas para esos momentos.

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Lucha contra las distracciones

En este aspecto, cada persona es un mundo. Para muchos, resulta recomendable utilizar sistemas que obstaculicen el acceso a las redes sociales, donde pierden mucho tiempo. Otras necesitan ir tachando listas o utilizar aplicaciones de productividad.

Lo importante es que encuentres tu sistema y que lo vayas sustituyendo, si en algún momento te aburres de él.

Por último, aprende a lidiar con la soledad (física)

La soledad constante puede hacerse amarga. Intenta sustituir esta carencia con una mayor comunicación con tu familia y tus amigos.

Si teletrabajas ocasionalmente no tendrás que agobiarte por esto, pero te sugerimos utilizar alguna herramienta de mensajería para estar al tanto de todo lo que sucede en la oficina, asistir a reuniones virtuales y de esa forma conseguir que nadie note que estás en casa.

Estarás al día de todo, y lo mejor de todo, consiguiendo un poquito más de flexibilidad para conciliar vida personal y laboral.

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