Las empresas están pasando por una digitalización cada vez mayor, amplificada por las réplicas de la pandemia, lo que hace imposible ignorar el impacto ambiental de las actividades digitales. Según el proyecto Shift, la contaminación digital representa una parte significativa de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (3,5% en 2019), y está aumentando un 6% cada año.
Así nos lo cuenta Ivan Mariblanca Flinch, fundador de Canopé, una start-up suiza especializada en medir y reducir la huella ambiental de los activos de TI de las empresas, para que nos cuente más sobre cómo las empresas pueden actuar eligiendo la sobriedad digital… Y al hacerlo, cómo pueden crecer a través de una economía dinámica y sostenible.
¿Cuáles son los desafíos que las empresas deben abordar cuando se trata de la sobriedad energética?
Al tomar medidas para reducir la contaminación digital, las empresas no solo contribuyen a la transición ecológica de Europa, sino que también mejoran su imagen de marca al tiempo que reducen sus costes. A medida que el consumo responsable es cada vez más importante para un número creciente de ciudadanos europeos, abordar el tema de la sobriedad digital envía un fuerte mensaje que puede atraer nuevos talentos, demostrar un compromiso con la responsabilidad y permitir que las empresas se establezcan como líderes de la transformación digital.
Dentro de las empresas, involucrar a los colaboradores en los esfuerzos de transición digital no solo aumenta su conciencia sobre los problemas de sostenibilidad, sino que también aumenta la lealtad. Ivan incluso señala que “hay una mejor cohesión dentro de los equipos cuando los valores de la empresa se alinean con los de los colaboradores”.
Acciones colectivas
En 2018, el Institut du Numérique Responsable, en Suiza, creó la “carta digital responsable”. Cualquier empresa puede decidir implementarlo para obtener una mejor visión general de las acciones que deben tomarse para avanzar hacia actividades digitales más sostenibles.
Al invitar a las empresas a pensar en los problemas ambientales relacionados con su consumo digital, la carta alimenta un debate colectivo, un debate que luego permite tomar medidas a gran escala, a través de un enfoque sistémico.
Esta carta facilita la reflexión sobre una política energética dirigida a reducir la contaminación digital, al tiempo que representa los valores de las empresas que se adaptan a los desafíos del mañana, es decir, desarrollar servicios sostenibles, limitar el impacto ambiental, comprometerse con la tecnología digital ética y fomentar comportamientos y valores responsables.
Con este objetivo en mente, en 2020 se creó el Cyber World CleanUp Day. Un día dedicado a crear conciencia sobre el impacto ambiental de la tecnología digital, que ocurre cada año en marzo. La iniciativa alienta a las personas a eliminar datos innecesarios y ofrecer una segunda vida a los dispositivos antiguos.
Aplicaciones concretas dentro de las empresas
Todo el mundo puede incluir acciones simples en su rutina: borrar correos electrónicos antiguos, apagar el ordenador al salir de la oficina, imprimir con moderación… Pero estos pequeños gestos tienen un impacto limitado.
La principal palanca de actuación reside en la gestión de residuos y los recursos informáticos. Ivan nos recuerda que “el 90% del impacto ambiental de la tecnología digital se genera durante las etapas de fabricación”. Siempre que sea posible, la vida útil del equipo debe extenderse o los dispositivos deben reciclarse dentro de la empresa.
Es posible combinar sobriedad digital y crecimiento. Seguir los principios de “menos es más” puede ahorrar costos, ahorrar tiempo, atraer talento y reducir la cantidad de material utilizado y el desperdicio. Reducir nuestra huella digital es tan bueno para el planeta como para los negocios. “Al final, la integración de criterios ambientales también es buena para los negocios”, concluye nuestro experto.