Limitaciones del PIB per cápita como indicador
A pesar de su utilidad, no está exento de limitaciones. Una de las críticas más destacadas es su incapacidad para capturar la distribución de la riqueza dentro de un país. Un alto PIB per cápita puede coexistir con desigualdades significativas, lo que implica que el bienestar económico no se distribuye equitativamente entre la población.
Otra limitación es la exclusión de actividades no remuneradas, como el trabajo doméstico, y la falta de consideración de factores medioambientales. Además, no refleja la calidad de vida ni factores sociales, como la educación y la salud, que son cruciales para evaluar el desarrollo humano.
Las críticas también apuntan a que favorece el crecimiento económico a expensas de la sostenibilidad y la equidad. Un país puede registrar un aumento en su PIB per cápita mediante la explotación no sostenible de recursos naturales o a través de prácticas económicas que perpetúan desigualdades.
En respuesta a estas críticas, algunos expertos abogan por la inclusión de indicadores complementarios, como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que considera aspectos más amplios del bienestar. Reconocer las limitaciones del PIB per cápita es crucial para obtener una comprensión más holística del progreso económico y social. En consecuencia, la evolución de los métodos de medición sigue siendo un tema clave en la evaluación del desarrollo de las naciones.