El impacto del gas radón en las viviendas
Como te decíamos, aunque el gas radón es inofensivo al aire libre debido a su dispersión en la atmósfera, representa un peligro significativo cuando se acumula en espacios cerrados, como las viviendas. Su naturaleza invisible e inodora puede engañar, ya que su presencia no es evidente a simple vista.
El gas radón puede penetrar en cualquier tipo de vivienda, pero ciertas partes del hogar son más susceptibles de acumularlo. Los sótanos, los subterráneos y las plantas bajas son áreas particularmente vulnerables, debido a su proximidad al suelo, donde el radón se origina. Además, las viviendas con sistemas de cimentación poco sellados o grietas en el suelo tienen mayor riesgo.
Los espacios cerrados son propensos a acumular niveles más altos de radón, ya que el gas puede estancarse sin una ventilación adecuada. Además, las viviendas con suelos permeables, como el granito, la pizarra y el hormigón, permiten una mayor entrada de radón desde el suelo.
Este tóxico imperceptible no discrimina entre viviendas nuevas o antiguas; ambas pueden estar en riesgo si no se toman medidas adecuadas de mitigación y prevención. Evaluar regularmente los niveles de radón en el hogar y tomar medidas para sellar grietas, mejorar la ventilación y, si es necesario, instalar sistemas de mitigación son pasos cruciales para proteger la salud de los ocupantes.