La proliferación de los sistemas táctiles de pago, tarjetas prepago y el pago móvil con smartphones, está reduciendo el uso del dinero en efectivo en las transacciones diarias. Un fenómeno que puede verse amplificado si ciertas marcas deciden dar el paso y eliminar definitivamente el efectivo como medio de pago. Vamos a analizarlo:
La cadena de alimentación orgánica holandesa, Marqt, ha decidido dejar de aceptar pagos en efectivo en todas sus tiendas.
El motivo dicen, se debe sencillamente a razones de seguridad y sostenibilidad. La ausencia de efectivo en las tiendas supone un menor riesgo de robo y reduce la huella de carbono.
Algunas cadenas estadounidenses de comida rápida como Sweetgreen o Chopt Creative Salad Co (con casi cien puntos de venta cada una), también están dejando de aceptar el dinero en efectivo como medio de pago.
Desde el punto de vista de los clientes, Marqt ha valorado su decisión en base a dos cifras:
– El 90% de las transacciones de los supermercados se realizan con tarjeta bancaria
– Los clientes tienen una media de 1,4 tarjetas de pago en sus carteras.
Teniendo en cuesta estas cifras, la empresa no ha dudado en dejar a un lado los pagos en efectivo.
Además, la experiencia en la tienda ha mejorado debido a la reducción en el tiempo de espera, pues las colas de gente avanzan más rápido.
Una ventaja adicional nada desdeñable para este tipo de negocios, especialmente durante las horas pico.
¿Por qué no? Es más rápido y seguro, y parece que la ausencia de monedas y billetes solo puede ser positiva. Sin embargo, en Europa el 70% de los pagos en tienda todavía se realizan en efectivo (estudio del Banco Central Europeo, 2016).
También hay que señalar que la cifra debe ponerse en contexto según el importe de los pagos. Efectivamente, a medida que aumenta el importe, los pagos en efectivo disminuyen.
No hay duda de que fuera de las transacciones de importes más pequeños, el efectivo es prácticamente un desconocido. Sin embargo, más allá de las iniciativas de algunas marcas, pagar en efectivo o no es también una cuestión cultural que varía de un país a otro.
En cualquier caso, esta tendencia que aún acaba de comenzar, ya nos plantea algunos interrogantes. ¿Y si el efectivo desapareciera por completo?
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