¿Sería posible reducir los largos procesos de pago online sin comprometer la seguridad de los mismos? Retailers, entidades bancarias y proveedores de seguridad han tratado de dar respuesta a este dilema, más aún desde la llegada de la PSD2. ¿Y si la solución estuviese en el potencial de la tecnología?
La validación del pago mediante escaner de retina o a través de la huella, se está generalizando tanto a en pagos online como en tienda física. De hecho, esta tecnología ya ha estado en funcionamiento de manera totalmente segura y con éxito a través de la app Well.com en una docena de tiendas Alcampo en Rumanía.
Sin embargo, y a pesar de que la huella y el escaneado ocular llevan algo de ventaja, con total seguridad veremos llegar otros métodos de validación de pago pronto, para terminar de completar la oferta buscando la mayor comodidad para el cliente.
Con motivo de la Directiva europea sobre servicios de pago (PSD2), los nuevos requisitos de verificación de identidad en las web eCommerce están generando no pocos quebraderos de cabeza en las partes implicadas.
A pesar de reforzar la seguridad, suponen una limitación en la experiencia de usuario del cliente. Un problema eso sí, que afecta a todos los retailers por igual.
Pero cuidado, la llegada de la Inteligencia Artifical podría cambiar por completo las reglas del juego.
Posiblemente conozcas la trama de Minority Report, en la que la policía era capaz de detener a un criminal incluso antes de haber cometido el delito. Pues bien, lo que hace algunos años se limitaba al campo de la ciencia ficción, ahora podría traducirse en una realidad.
La empresa china, Cloud Walk Technology, utiliza el reconocimiento facial para predecir si un individuo corre el riesgo de cometer un delito al detectar simplemente un comportamiento inusual o sospechoso.
Y ya está comenzando a aplicarse en la seguridad de los pagos.
La analítica de comportamiento de usuario (User Behaviour Analytics), es una rama de la ciberseguridad basada en Inteligencia Artificial. Es capaz de estudiar el comportamiento del usuario y detectar la más mínima anomalía.
Por ejemplo, puede detectar si una contraseña se está escribiendo a una velocidad más lenta de la habitual, o con algún tipo de duda o vacilación. También si se está enviando un alto volumen de datos desde una red determinada, en un horario poco habitual.
Ser capaces de detectar estas acciones podría indicar que estamos ante un posible robo de contraseñas o datos. Y por tanto, ser capaces de evitar riesgos a nivel de seguridad.
A pesar de los temores existentes a sufrir un ciberataque o robo de datos personales, lo cierto es que pagar online con todas las garantías de seguridad, nunca ha sido tan sencillo.
La legislación y la tecnología continúan avanzando para que esta tendencia continúe, y aunque sentir cierto temor es legítimo, hay muchas partes involucradas para conseguir estar siempre al día, y ofrecer así soluciones siempre eficaces para los clientes.
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