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Si estás pensando en comprar una casa de segunda mano, o unos terrenos donde construirla, deberías conocer el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales. Es una de esas figuras fiscales que desconocemos hasta que nos afecta. A pesar de actuar en otros casos, es en la compraventa de inmuebles entre particulares donde más posibilidades tienes de encontrártelo. Pero, en el fondo, el ITP son tres impuestos distintos descritos por una misma ley. Vamos a explicarlo.
El conocido como ITP, o Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, es una carga fiscal que se aplica en España a la transferencia de bienes y derechos.
Pero no sólo repercute sobre la compraventa de bienes inmuebles. También sobre la transmisión de acciones y participaciones en sociedades e incluso en la expedición de documentos jurídicos. Por eso los expertos suelen decir que el ITP contiene, en realidad, tres impuestos diferentes bajo una misma ley. Se identifican con las siguientes siglas:
El ITP se considera un impuesto indirecto, como el IVA. De hecho, el ITP para las transmisiones patrimoniales onerosas (ITPO) parece gravar lo mismo que el IVA y en ocasiones pueden confundirse. Sin embargo, poseen diferencias de base que explican que no se puedan aplicar los dos al mismo caso.
Depende de cuál de los tres impuestos incluidos dentro del ITP estemos hablando:
Estas son las más conocidas por los ciudadanos de a pie. Como hemos dicho, en ellas, la tasa varía dependiendo de la comunidad autónoma y el tipo de bien transmitido (si es vivienda habitual, puede ser un poco más baja). Suele oscilar entre el 6% y el 10%. En Madrid, por ejemplo, si compras una casa de segunda mano para convertirla en tu vivienda habitual, tendrás que pagar el 6%. En el País Vasco, el 7%. Y en Catalunya, la más cara, entre el 10% y el 11%.
Una tasa del 1% afecta a distintas operaciones en el seno de una sociedad: la constitución o la disolución, el aumento o disminución de capital, la fusión o la escisión. Cualquiera de estos hechos son imponibles para el IPT. Como también lo es la aportación de capital de los socios para reponer pérdidas sociales.
La ITP también tasa los documentos notariales, mercantiles o administrativos. El precio es distinto en cada comunidad autónoma, varía entre el 0,5% y el 1,5%.
El ITPO debe ser satisfecho por quien va a disfrutar del bien que se está transmitiendo. Es decir, en el caso de la compraventa de una casa, quien debe pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas es el comprador, en el momento de la compra.
En el caso de un alquiler, quien lo ha de pagar es el arrendatario. Este se abonará en el momento de la firma de contrato, y su cuantía tendrá en cuenta el precio mensual del alquiler y la duración.
Una vez más, tenemos que fijarnos en las tres categorías de ITP que venimos explicándote.
En este último caso hay que hacer un apunte que se refiere a los préstamos hipotecarios. Antes de 2018 se tenía como interesado en la expedición del documento a la persona que compraba el bien inmueble para el cual pedía una hipoteca. A partir de 2018, la ley cambió: ahora se considera que el interesado es la entidad financiera. Por tanto, el AJD debe pagarlo el banco.
Como ves, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) grava hechos imponibles muy distintos. A la hora de comprar una vivienda te lo encontrarás en dos momentos: al satisfacer el ITPO y al acudir a la notaría, a través del AJD. Y si formas parte de una sociedad mercantil, puedes toparte con él en muchas ocasiones. Mejor estar preparado.
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