Los temores más comunes desde los gobiernos son, por supuesto, la pérdida de control del dinero y todo lo que ello conlleva (política económica, inversión, soberanía nacional y más), así como la protección de datos.
Por otro lado, si el dinero en efectivo desaparece en favor de una moneda virtual creada por un actor privado, la principal preocupación es el uso que se pueda hacer de la información que general las transacciones monetarias. Sería posible que una empresa privada realizase un seguimiento de todas las compras, incluso de las más mundanas. Además, ¿quién podría garantizar que esos datos no se utilizarán con fines de marketing?
En lo que respecta a Libra, su lanzamiento se ha pospuesto por el momento. Pero hay nuevos proyectos comenzando a gestarse. China, por ejemplo, ha anunciado que ha lleva cinco años trabajando en la creación de su propia criptomoneda y ya se está preparando para probarla en los próximos meses. Si el proyecto continúa adelante, esta vez, la pérdida de la soberanía nacional no podría citarse como una problemática.