Internet está revolucionando el uso de las cosas, también en el hogar. La aplicación de la conectividad a los objetos de uso cotidiano en las viviendas supone infinitas ventajas, desde mejorar la experiencia en los sistemas de entretenimiento, hasta eliminar barreras para personas con discapacidad.
Smart Home, Internet de las Cosas o domótica son conceptos que aún parecen reservados a familias de alto poder adquisitivo. Pero se empieza a demostrar que ciertas innovaciones no representan un gasto, sino una inversión.
Si estás leyendo este artículo te estarás preguntando: ¿Vivir en un hogar inteligente puede ayudarme a ahorrar? La respuesta es sí, en muchos aspectos.