Desde que Henry Ford lanzara al mercado el Ford T con el objetivo de que cada estadounidense pudiera tener su propio automóvil, el coche se ha convertido en una posesión común en todos los hogares de occidente. Pero esta tendencia comenzó a cambiar hace algunos años y continúa en aumento por varios motivos. El desembolso económico que supone junto a la crisis climática, ha despertado una conciencia colectiva que antepone la sostenibilidad a la acumulación de bienes.
¿Es siempre necesario tener coche? ¿Hay alternativas para poder ahorrar dinero y evitar perjudicar además al medio ambiente? Estas dudas (y un poco de ayuda de las nuevas tecnologías) han inspirado nuevas opciones para poder utilizar coches y otros vehículos sin necesidad de convertirse en propietario de uno.
Te las contamos: