Si estás leyendo este artículo, probablemente ya te habrás dado cuenta: la vida laboral tal y como se planteaba antes (lineal, escasa en riesgos, pero también en emoción), es un concepto en extinción.
Las nuevas tecnologías han hecho posible que una persona con un ordenador represente una fuerza de trabajo notable. Pero al mismo tiempo, estos nuevos modelos laborales también representan retos para el individuo. Uno de ellos es el espacio de trabajo.
Si eres autónomo y no necesitas grandes infraestructuras para desempeñar tu labor, probablemente ya hayas probado lo que es el teletrabajo. O quizá te estés planteando el instalarte en tu propia oficina. Pero quizá no te hayas planteado dar un paso intermedio: el coworking.
¿Podría ser interesante para ti? ¿Cuáles son sus ventajas y puntos débiles? Vamos a analizarlo: